Oración para que vengan ángeles
Dios bendito y todopoderoso, dueño de la tierra y de su plenitud. Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones.
Muéstranos, oh Jehová, tus caminos; enséñanos tus sendas. Encamínanos en tu verdad, y enséñanos porque Tú eres el Dios de nuestra salvación; en ti hemos esperado todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. Porque eres Dios bueno y misericordioso que no contenderá para siempre, ni para siempre guardará su enojo. Gracias porque has hablado tu Palabra y has determinado tiempos de refrigerio sobre nuestra vida y sobre nuestra nación. Has hablado tu deseo y tu voluntad de enviar a Guatemala a tus millares de ángeles, así como has enviado a tus ángeles a cada uno de nosotros, para que como dice tu Palabra en el Salmo 91, nos guarden en todos nuestros caminos, para que nos lleven en las manos para que nuestro pie no tropiece en piedra. Hoy te agradecemos una vez más porque has puesto a los ángeles como espíritus ministradores, enviados para el servicio a favor de los que serán herederos de la salvación… ¡Esto es a nosotros!
Padre Nuestro Tú les dices a los ángeles que adoren a Jesús. Tú le has ungido a El con óleo de alegría. Nosotros deseamos
adorarle también, queremos ser de los adoradores en espíritu y en verdad que Tú buscas. Deseamos presentarnos delante de El, deseamos adorarle con todo nuestro ser. Deseamos rendirnos en espíritu, alma y cuerpo y permitir que de nuestra boca salgan salmos y cánticos espirituales que le glorifiquen a El. Es por El mismo que podemos acercarnos y presentarnos como una ofrenda grata y agradable. Sean gratos para ti, oh Dios, los dichos de nuestra boca y la meditación de nuestro corazón. ¡Que tu Espíritu Santo nos ayude a adorar a Jesús!
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra. Eso has hecho con nosotros, bendito Dios. Nos haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de nuestros pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra! ¡Y nos has dado autoridad en el Nombre de tu Hijo Amado para que ante ese Nombre se doble toda rodilla y toda boca confiese que Jesús es Señor para gloria de Dios Padre!
Por eso hoy, confiando en tus misericordias y en la autoridad que nos has otorgado como hijos tuyos, le hablamos al Norte, al Sur, al Este y al Oeste y llamamos a los ángeles de Dios para que vengan sobre todo el territorio de Guatemala, les invitamos para que ingresen en nuestra nación, para que preparen el camino para el avivamiento en nuestros corazones y en nuestras vidas, para que poderosos en fortaleza, ejecuten Su palabra, obedeciendo a la voz de Su precepto. Sí, bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos que hacéis su voluntad, bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.
Llamamos a los Querubines que dan alabanza al Padre, llamamos a los ángeles que están en la Presencia de Dios que anteceden a Su ingreso, llamamos a los ángeles para que preparen el camino para que entre el Rey de Gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. ¡Alcémonos nosotros como puertas para que entre el Rey de gloria! Y que al hacer su ingreso en medio de nosotros, se inicie el tiempo de avivamiento, reforma y transformación para toda la nación. Preparémonos, santifiquémonos, entre la entrada y el altar lloremos, rasguemos nuestro corazón, y no nuestros vestidos y convirtámonos a Jehová nuestro Dios, porque El desea y quiere visitar a su pueblo. ¡Aleluya!
Que los ángeles de Dios vengan, que ellos que son incansables, resplandecientes, veloces, vigilantes y sobre todo obedientes a la voz de Su precepto, nos ayuden ¡Para que juntos a una sola voz, podamos glorificar al que vive por los siglos de los siglos, al Consejero, al Príncipe de Paz, al Unigénito, al Hijo de Dios, al que estuvo muerto pero vive por los siglos de los siglos…a Jesús! Dios de los cielos, visita hoy nuestra vida, visita al Cuerpo de Cristo, visita Guatemala para que vengan del Señor tiempos de refrigerio, ¡Tiempos de avivamiento para que todo aquel que invoque el nombre de Jehová sea salvo! Te lo pedimos creyendo que lo recibimos porque hemos orado conforme a tu buena voluntad, agradable y perfecta.
Gracias Señor Nuestro. ¡Jesús es Señor de Guatemala! ¡Aleluya!
(Sal. 24:1; Sal. 22:27-28; Sal. 25:4-6; Sal. 91:11; Sal. 8:6-9; He.1:14; Fil.2:10-11; Sal. 103:20-22;Ex.23:18; Is.6:2,8; 2 P.2:11;
Gn.28:12;Mt.28:3;Dn.9:21; Dn.4:13; Dt.33:2; Jl.2:13)